“Los justos”, de Jorge Luis Borges, por Paula Unsaín Marco
Paula Unsaín marco aborda el tema de la jsuticia en un poema de Jorge Luis Borges cuya “vaguedad muestra la angustia existencial sobre la condición humana”.

"Los justos", de Jorge Luis Borges
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.[1]
"Los justos" —que aparece en el poemario La cifra, 1981,de Jorge Luis Borges— hace un guiño a todas aquellas personas anónimas que hacen que el mundo sea mejor.
Dicho poema invita al receptor (o lo que es lo mismo, al lector) a que repare en aquellas personas que mejoran las vidas de los demás. El emisor, Borges, escritor argentino con un gran bagaje, ya se había dado cuenta de ello y así lo plasma en "Los justos". Su objetivo o finalidad es rendir homenaje a esas personas invisibles, que se pasan por alto en el día a día. El tópico, pues, no deja indiferente a nadie, plasma aquellas cosas que tal vez nunca hayamos pensado, invitándonos a la profunda reflexión, a la acción.
Un texto poético que Borges utiliza para plasmar sus ideas, aunque especialmente plasma sus sentimientos y cómo él percibe la realidad, lo que es importante para él. No habla de lo que piensan u observan otras personas, habla por él mismo, se abre a nosotros y nos enumera aquellas cosas que tienen valor para él. Tanto es así que podemos ver a través de su alma, y observar lo que le fascina. La lengua utilizada es el español, algo que llama la atención pues es su lengua materna. Borges, aunque estudió en inglés y conoce numerosas lenguas, decide abrirse a nosotros a través de su lengua materna. Una cuestión que no debemos pasar por alto, pues utiliza aquello inherente a él, su herencia para mostrarse.
Identificamos varias claves del texto que nos permiten desentramarlo, en primer lugar, el título del poema, "Los justos". Siguiendo la tradición del poema explicada por el autor en otras obras como Animales fantásticos, el título viene de la tradición judía, Tzadik (en hebreo צדיק) (Boj, 2015), donde se refieren a las personas justas y piadosas (según el judaísmo rabínico). Lo podríamos traducir como "caridad" o "justicia", lo que en la cultura occidental conocemos con el término "santo". Por ello Borges puede ver el mundo como algo precario, al igual que lo hace la tradición judía. La vaguedad muestra la angustia existencial sobre la condición humana, sobre lo que se ha convertido el hombre. Que es a lo que reacciona Borges con este poema.
Otra de las claves del texto es la mención a Voltaire que representa el pensamiento del siglo XVIII (cuestionamiento de la religión e introducción al pensamiento ilustrado) y la mención a Stevenson (creyente de la convivencia de hombres utópica y de la felicidad). (Tissera, 2003). En cuanto a Voltaire y el pensamiento ilustrado, representa la sustitución de la fe religiosa por la búsqueda de una explicación racional de las cosas. Simboliza la insumisión a todo lo establecido. Borges utiliza el pensamiento de Stevenson para representar la alegría y bondad, vinculando la felicidad y prudencia con el bien. La mención de ambos responde a una cuestión ética, de justicia, pues ambos con sus palabras han intentado construir un mundo mejor. Al igual que lo está haciendo ahora el autor.
Sobre los valores descriptivos, utiliza numerosas situaciones donde al describirlas, refleja la bondad de las personas, situaciones donde ve su alma, su nobleza. Situaciones que parecen cotidianas, pero en ellas encontramos el placer de la vida y que a veces pasamos por alto. Muestra gratitud hacia la paciencia, y hacia el obrar bien. Por ejemplo, habla de cultivar nuestro jardín que representa la paciencia, la dedicación y el cuidado por algo. También habla de la música y la literatura, dos artes donde el ser humano se recrea, plasma su alma y disfruta de su ser. También debemos encontrar el placer en el proceso de aprendizaje, por ello menciona las etimologías. El ajedrez representa la concentración, la cerámica y tipografía la perfección, la mejora en nuestras disciplinas, nunca sabemos todo. Acariciar a un perro, donde se valora a los animales, se aprecian y se aman. Dar la razón, que representa la reflexión, escuchar a otros, el perdón. Finalmente valora a los demás, pues es consciente de que gracias a ellos el mundo es mejor.
Durante todo el poema encontramos instrumentos de comunicación, elementos que nos afirman bajo el punto de vista de Borges de que la vida es justa, que tiene sentido y que todavía queda esperanza para aquel que la vive (son las pequeñas cosas las que la mantienen viva). Así lo vemos en elementos como: "placer" (v. 3), "agradece" (v. 10). Aquel que se fija en los detalles será recompensado, y podrá admirar la belleza de la vida. Lo que para la muchedumbre es insignificante o superfluo, para los sensibles representa la grandiosidad de la vida.
Si tenemos en cuenta lo mencionado anteriormente, el poema puede interpretarse como una reacción a un punto de vista pesimista del autor, pues ve un mundo que va a la deriva, se muestra desesperanzado con la actitud de la gente. Reina el egoísmo y el no tener empatía, el pisar a los demás para ser el primero. Sin embargo, a pesar de que en el mundo hay personas malas, o situaciones injustas, siempre hay alguien o algo que nos hace volver a creer en la justicia. Algo que mantiene viva nuestra esperanza, en este caso la de aquellos a los que Borges llama como el título del poema: "Los justos".
Llamativa es la deixis espacial, porque se sitúa fuera de lo habitual, de lo común. Aunque hable de situaciones del día a día, la óptica no es la cotidiana pues habla de personas y acciones que son ignoradas. Se sitúa fuera de ellas y las narra, como si fuera un espectador del mundo. Habla también fuera del poder, pues la bondad humana es algo propio y algo que cultivamos nosotros mismos, no tiene nada que ver con el poder. La deixis temporal es la fecha de escritura: 1943.
Retomando el punto de vista mencionado anteriormente, el poema es una denuncia, una reacción ante un mundo egoísta y lo que hace el autor es contrarrestar esa visión con las cosas buenas, las cuestiones extra situacionales, serían un mundo precario, carente de valores morales, sin empatía. Que llevan al autor a detenerse en aquello que nos tener esperanza en la humanidad y nos une como grupo social dejando a un lado nuestras diferencias.
El poema está impregnado de subjetividad (así lo vemos con el numeroso uso de adjetivos), pues nos expresa sus sentimientos más profundos. Lo escribe por una razón: queda esperanza, hay cosas que están bien en este y mundo y podemos llegar a ser felices. Habla desde la reflexión, expresa su opinión sobre que todo no está perdido, por ello la comunicación es sencilla para que podamos entender su reflexión y a partir de ella sacar nuestras conclusiones de algo que probablemente todavía no hayamos tenido en cuenta. En la misma línea que Bally en 1932, quien consideraba que todo lo que percibimos nos hace pensar, se sitúa ahí el poeta, que hasta lo más cotidiano como el oficio de la cerámica le incita a la meditación.
Borges tiene un gran propósito y por eso se comunica con nosotros, con este trabajo, nos invita a reflexionar (es el acto perlocutivo del poema) sobre si somos personas empáticas, detallistas y sensibles que estemos cambiando el mundo o, en su defecto, si hemos sido inspirados por este tipo de personas. El mundo pertenece a aquellas personas que no esperan nada a cambio; el que ayuda al ciego, el profesor que motiva y alienta a sus alumnos, el que defiende al débil, la madre que protege a sus hijos, los trabajadores de un hospital que hacen la estancia más amena, los que se toman las cosas con humor, el que ayuda al necesitado, etc. El poeta tan solo pone unos ejemplos, pero está claro que consigue que como lectores completemos la lectura gracias a aquellos que han hecho un mundo mejor. Nunca debemos perder la esperanza y aunque haya injusticias debemos pensar que siempre puede haber algo que lo cambie todo.
Paula Unsaín Marco
Referencias bibliográficas
Boj, Corral, F. (23 de diciembre de 2015). «LOS JUSTOS» DE BORGES. Complemento agente. https://complemento-agente.blogspot.com/2015/12/los-justos-de-borges.html
Borges, J. L. (1989). Obras completas (1.ª ed., Tomo II).(p. 326). Buenos Aires: Emecé Editores.
Tissera Bracamonte, A. M. (2003). "Modelos de justicia. Borges, Voltaire y Stevenson", Tabanque: Revista pedagógica, n.º 17, pp. 135-144. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=890954
[1] En J. L. Borges, Obras completas, tomo II, 1989, Buenos Aires, Emecé editores, p. 326